Fondo y forma de la novela en España, de Juan Ignacio Ferreras

INTRODUCCIóN

La Novela en España es la primera historia de la novela española que trata la materia en su totalidad, empezando su análisis poco antes de la aparición del castellano y terminándolo en la actualidad inmediata. De ahí la complejidad de la presente obra y también sus dificultades.

El autor, de formación sociológica y que fue discípulo de Lucien Golmann en París, trata desde el primer momento, de encontrar lo que él llama tendencias novelescas. Según expone en la «Introducción General», la novela ha de ser tratada como un «novelar», es decir como un objeto artístico que fluye en la sociedad, a partir de aquí, trata de encontrar los diferentes «novelares» que han de aparecer en un tiempo y un espacio determinados. Para lo cual se impone la descripción de un objeto que se ha llamado novela.

Y un objeto llamado novela no es nunca único; hay que hablar de novelas, de muchas novelas, incluso hay que aspirar a hablar de todas las novelas. Según el autor, la primera labor del crítico y no digamos del historiador, ha de consistir en lo que llama «descripción del objeto» y en el caso que nos ocupa, se trata de catalogar «todas» las novelas aparecidas en España incluso desde antes de la aparición de la imprenta. Este trabajo es, como se comprenderá, imposible, pero no tanto como veremos a continuación.

J.I.F. empezó hace años por reseñar todos los títulos novelescos aparecidos en la Historia de la Literatura de Cejador y Frauca. Después se enfrentó con la veintena de volúmenes publicados por el erudito y librero Palau y Dulcet. Completando sus pesquisas con la Bibliografía de Simón Diez, y la Bibliografía del siglo XVIII de Aguilar Piñal.

A esta inmensa labor añadió su Catálogo de Novelas y Novelistas españoles del siglo XIX, libro entre los numerosos que ha publicado, que mereció un premio, el Rivadeneyra de la RAE.

Para el siglo XX, «el imposible», como el autor afirma, puesto que un catálogo de novelas de este siglo no sólo ocuparía muchos tomos sino que además convertirían a estos tomos en poco prácticos, ha contado con la colaboración de Isabel Ana Matilla, construyendo un catálogo de novelas y novelistas de 1900 a 1936, ya que la guerra civil, o incivil como se lee en el texto, acaba con una serie de tendencias novelescas al mismo tiempo que produce otras nuevas. Se trata, como ya queda indicado, de encontrar las posibles tendencias de un novelar asentado ya en una producción de novelas. El autor entiende por tendencia, en una primera aproximación, el conjunto de obras, en este caso novelas, que obedecen, se sienten inspiradas y hasta representan, una serie de visiones del mundo. Como es sociológicamente correcto, cada visión del mundo ha de pertenecer a un grupo, a una clase social. Una visión del mundo sería así la imaginación o el imaginario, de un grupo social, histórico, con tiempo y espacio bien delimitados, aunque como se lamenta el mismo J.I.F., esta historia, con toda la profundidad requerida, no le ha sido posible.

Encontrar, para describirla con lógicos fundamentos, una tendencia novelesca, implica no sólo la catalogación de las novelas, sino también su lectura. Y aquí nos encontramos con uno de los más desaforados lectores de novelas que imaginarse pueda. Juan Ignacio Ferreras no solamente ha logrado leer decenas de libros de caballerías, de novelas pastoriles, de novelas históricas, sino que «ha pechado», según su expresión, con los folletinistas del siglo XIX y un sin fin de novelas cortas de los treinta primeros años del siglo XX, amen, como es natural, de las novelas ya canonizadas.

Catalogación seguida de un coleccionar a través de los años, y por último la lectura, antes de aplicar la crítica. Tales parecen las etapas obligadas para llegar a esta obra que se titula La Novela en España. Catalogar significa ante todo, antes de construir la ficha correspondiente, encontrar títulos y autores, y muchas veces a pesar de haber construido la ficha correspondiente, no hay manera de saber nada del autor y la obra ha podido desaparecer. La lectura, con el libro ya en la mano, es o parece ser, solamente una cuestión de tiempo y de paciencia, queda la crítica, es decir, el aplicar la teoría. Y esta teoría, que queda expuesta en el primer tomo de LNE, parece basarse en dos conceptos que sociológicamente se llaman operatorios. Para J.I.F. se trata de encontrar dos estructuras novelescas que llama «abierta» y «cerrada». La estructura abierta, también llamada por el autor «progresiva», es la que permite el mayor número de variaciones, sobre todo temáticas, posibles. La estructura cerrada o «regresiva», por el contrario, es rígida, casi inmóvil y por eso no admite variaciones. Hay que decir aquí que el autor escribe «progresiva» o «regresiva», para evitar los adjetivos de progresista o reaccionaria de claro significado político.

En la «estructura abierta» nos encontramos con una novela en devenir, que avanza o retrocede, que se equivoca y hasta que fracasa. Por el contrario en la «estructura cerrada» la novela suele nacer perfecta, completa, pero precisamente por esto, la obra no puede transformarse.

No hace falta subrayar la importancia de estos dos conceptos, a la hora de historiar toda una producción de novelas a lo largo de un tiempo que en este caso son cerca de siete siglos. Incluso se podría afirmar que solamente a partir de estas dos estructuras, cerrada y abierta, se puede llegar a delimitar una tendencia novelesca.

Claro que a partir solamente de estos dos conceptos, no pueden definirse o delimitarse todos los tipos y subtipos novelescos, y por esta razón, también J.I.F. incluye en su introducción general, conceptos como tiempo y espacio, protagonista y universo, relaciones entre universo y protagonista, problemática y tema, etc.

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De una manera general, cuando el autor encuentra una estructura, pasa a describirla a partir de los principios expuestos y otros supuestos, y bien determinada la estructura, trata después de aplicarla a la producción ya catalogada, señalando las variaciones cuando las hay o la falta de las mismas. No son pues, como quedó escrito, los dos conceptos de estructura cerrada o abierta, los únicos que han de servir para historiar una estructura novelesca que se organiza como tendencia, y tendencia que ha de encontrarse en una producción.

Como es fácil de entender, el autor se está moviendo todo el tiempo desde los conceptos a la descripción, desde las definiciones a la producción, o de otra manera, desde un catálogo a la historia.

DESCRIPCIóN

La obra titulada La Novela en España se presenta en ocho tomos con una división interna en libros. Cada libro puede contener más de un capítulo con títulos propios pero sin numerar, a veces los capítulos también pueden dividirse en partes numeradas. Esta división ha dado lugar a un resultado no homogéneo pero necesario a la hora de ajustarse con precisión al objeto que se describe.

Finalmente La Novela en España. Estudios y ensayos se presenta de la siguiente manera:

Seguida de tres tomos más que contienen los siguientes catálogos:

Tal es, muy resumido, el contenido y la forma de La Novela en España. Sin duda habría mucho que añadir, sobre todo a la hora de explicitar los supuestos teóricos en los que se apoya el autor, pero explayarse en esta materia haría muy largo el presente trabajo.

La Novela en España es la obra mas larga de todas las publicadas por el autor, lo que significa que la ha dedicado muchos años de estudio y de redacción. En ella recoge algunos libros y varios ensayos publicados con anterioridad. Como es natural, la nueva edición de trabajos ya editados le ha permitido al autor el corregir algunos errores y, sobre todo, el añadir nuevos detalles y lo que él mismo llama «complementos necesarios». Como verán y comprobarán los estudiosos, LNE se convertirá muy pronto en una obra de imprescindible consulta.

Para terminar, no quisiera poner fin a este artículo sin apuntar que esta obra no refleja únicamente una completa visión sobre la Historia de la novela en España, sino también una vida dedicada a la compilación, lectura y análisis crítico de la misma. Una inmensa labor difícil de aprehender y a la que difícilmente se llega con el acierto al que ha llegado Juan Ignacio Ferreras.

Aquellos docentes, investigadores, lectores, en suma, que quieran acceder a la obra podrán encontrarla publicada por la editorial La biblioteca del laberinto, S.L., (Madrid). Adjunto fecha de inicio de la publicación e ISBN de los tomos ya publicados, los dos últimos verán la luz en diciembre de 2010: